Cuando no hay aprendizaje recursivo[1]
-ni voluntad de éste- respecto de los cambios sociales y seguimos haciendo
exactamente lo mismo que nos causa el problema es tiempo de sacar la voz y
establecer algunas ideas que por ser políticamente incorrectas caen en la
clasificación de 'meras especulaciones' sin dar espacio a pensar siquiera que
son racionalmente más lógicas que cualquier otro discurso pre fabricado.
Ya es costumbre, enferma, distorsionar los alcances
ideológicos de una manifestación legítima y multitudinaria, como lo es la que
concierne a la educación, equiparándola con las escenas de destrozos y
vandalismo inusitado que convoca cada una de las marchas en este país y por qué
no decirlo, en el continente entero.
¿Quién gana cuando la violencia se toma las calles? Muy
fácil, el Estado y la delincuencia común, mientras los verdaderos responsables
se ríen a carcajadas de las 'pendejerías' de aquellos otros chilenos.
Le cuento:
1. Los daños: Cada
vez que se arranca mobiliario urbano, se desvalijan comercios, se destrozan
vehículos estacionados y en movimiento y se impiden los correctos
desplazamientos en arterias tan transversales como Alameda, Macul o Vicuña
Mackenna, se afecta única y exclusivamente a la clase trabajadora. ¿Usted cree
que ese vehículo incendiado es el de la presidenta? ¿Supone que tal establecimiento
saqueado es de SOQUIMICH[2]?
¿Tiene la ingenuidad de pensar que al bloquear la Alameda alguno de los
procesados por los fraudes de corrupción y que se burlan de la justicia, se
preocupa y le incomoda? ¿Tiene la mente tan estrecha para no darse cuenta que
ese paradero de locomoción colectiva, que destrozan con tanta propiedad, luego
será útil para sus 'iguales' en caso de lluvia? No, por supuesto que no. El
vandalismo del lumpen es una experiencia individualista, de regocijo inmediato
que busca terminar con una serie de frustraciones de afecto, nada muy cercano a
una reivindicación social. Los que provocan desmanes, aquellos no relacionados
con la acción de la policía aunque incluyen muchas veces a miembros en servicio
activo, no son más que delincuentes comunes, ocasionales y con serios problemas
afectivos.
2. El escenario: ¿Alguno
de esos ignorantes que se aprovechan de la efervescencia de una movilización sabrá
a ciencia cierta por qué todas las marchas son por las mismas calles céntricas?
¿quiénes trabajan allí? ¿quiénes viven cerca? Pues les cuento que no son
precisamente los Ministros que daban boletas falsas, no son los empresarios
coludidos con el SII[3],
menos el hijo de la presidenta[4].
Las calles que se entregan 'sin cheque en blanco' a las manifestaciones son
arterias que dañan solo a la gente de trabajo y de ninguna forma llegan a
entorpecer en lo más mínimo la vida de los grandes delincuentes asociados al
Estado, los partidos políticos y los grandes holdings empresariales. ¿Se ha preguntado alguna vez por qué nadie
marcha en las zonas donde viven aquellos que ostentan el poder? ¿Le parece
imposible? ¡Pues Claro! Se puede destrozar todo, absolutamente todo lo que está
'demarcado' para su deterioro, menos aquello que pueda poner en aprietos al
selecto grupo de ladrones con fuero Estatal. Cuando se autoriza una marcha se establecen
puntos específicos para ejercer y contener la violencia, situación donde el
Estado evidentemente está más preparado y además goza del uso legítimo de ésta.
3. Los ingenuos: ¿Se
ha preguntado por qué no hay encapuchados detenidos y sí adolescentes ingenuos
que marchan exponiéndose al juego de otros sin medir las consecuencias? Porque
hay ciertas acciones que ayudan a deslegitimar las reivindicaciones sociales
que, amparadas en el miedo, congelan a una ciudadanía aún estrecha de convicciones.
las escenas de los saqueos a tiendas y bancos copan los noticiarios con hasta
media hora de imágenes en vivo de los destrozos ¿Tanto tarda la policía
uniformada en llegar? Extraño, ya que cuando el carro lanza-aguas alcanzó al
estudiante de la quinta región, no llevaban ni 10 minutos marchando. Se puede
concluir evidentemente que hay ciertos focos de 'violencia' que sí se atacan y
otros que no. Sin ir más lejos aquellos que no son reprimidos son los que
llenan los medios de comunicación en transmisiones en 'vivo y en directo'
ayudando a deslegitimar cada una de las peticiones sociales. los otros serán
tristemente recuperados con escasas tomas fotográficas.
4. El discurso:
¿Todavía cree -en el caso de que marche llevando una bandera- que se puede
reconstruir un país con los mismos discursos de tiempos de la guerra fría? ¿Qué
partido está hoy limpio de robos y corrupción? Evidentemente hay que diseñar
nuevas ideologías que sean coherentes con el contexto actual y se desmarquen de
toda aquella sarta de ladrones que se encuentra en su mayoría enquistada en el
poder político de nuestro país y que responde a presiones de otra calaña de
malvivientes en el empresariado. Y no hablo de anarquía -bastante poco
inteligente así como están las cosas- hablo de poner ideas libres en movimiento,
sin deudas de color o de clase. Ideas que permitan levantar nuestro país y
desligarlo de antiguos ritos de odio cada vez menos trascendentes y que
justifican como un eterno 'día de la marmota' las estupideces que vemos cada
vez que la ciudadanía sale a manifestarse. 'Compañero' 'Camarada'
'Correligionario' esa estupidez se acabó, ahora somos 'personas'.
¿Por qué gana el estado y la delincuencia común?
Fácil. El Estado gana porque puede justificar el abuso de
poder y por tanto ejercer violencia de forma legítima en aquellas situaciones
que vulneren el orden social. Lo mejor de todo es que además de hacerlo define
los escenarios y por tanto juega de 'local' siempre. No hay sorpresa, no hay
molestia, cada vez que hay problemas, éstos se resuelven en los puntos
'acordados'. Si el objetivo es desarticular los movimientos sociales además
cuenta con aquellas marionetas que están al acecho para destruir todo lo que
esté a su paso.
Los delincuentes comunes, de actividad más ocasional que
partidista, sacan provecho de este río revuelto violentando cada uno de los
negocios que quedan a merced de su deseo. No son solo Bancos e Instituciones
coludidas, llámense farmacias, situación que podría darles una justificación
equivocadamente moral ¡No! Son establecimientos de gente común, que vive de lo
que dejan sus quioscos, pequeñas cocinerías o boliches y que ven reducido a
escombros todo su futuro en un par de horas. Recuerde que los Bancos y grandes
empresas tienen jugosos seguros y por tanto el gesto libertario de acometer
contra ellos es más bien un rasguño insignificante.
¿Y los verdaderos responsables?
Duermen tranquilos a varios kilómetros de los incidentes. Su
suministro de luz no se suspende y tampoco tienen problemas en llegar a sus
hogares. Cuando la curiosidad los moviliza, miran con sobrada indiferencia y
altanería como esta sociedad se hiere a sí misma y especulan acerca de que ya
es hora de irse de este país de mierda que no les da las suficientes oportunidades.
Pienso que luego de eso se ríen, a carcajadas, del sistema, de la justicia que
los trata con el pétalo de una rosa, de la bonanza económica y de idiotas como
uno que todavía creen que podemos prosperar en justicia y equidad.
Es tiempo de dejar de jodernos nosotros mismos y emplazar a
los verdaderos culpables. Si no le parece siga viendo las teleseries turcas.
[1] Un
hecho que se produce teniendo como referencia otro anterior y por tanto
generando un aprendizaje de dicha experiencia. Lo contrario es repetición donde
no hay aprendizaje alguno y solo un eterno retorno.
[2]
Empresa minera privada que está en el ojo del huracán por serios escándalos de
corrupción, fraude al fisco y financiación ilegal de campañas políticas.
[3]
Servicio de Impuestos Internos, también involucrado en los casos de corrupción.
[4] Sebastián Dávalos Bachelet: Personaje nefasto que 'nada' en lo ilegal amparado por el nombre de su madre.
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