Dentro de la confusión que reinó en nuestro país luego que los líderes del movimiento estudiantil decidieran asumir cargos políticos, hubo una seguidilla de comentarios desafortunados que comenzaron a sedimentarse en la sociedad chilena, sobre todo en lo que respecta a la supuesta "traición" que aquellos valientes combatientes enrostraron a sus correligionarios. Los dardos más duros los recibió la niña rebelde del partido comunista chileno Camila Vallejos debido a una radicalización, casi devota, de su discurso reaccionario por parte de la comunidad fiel a cada una de sus demandas. Camila no murió por la causa y eso, en tiempos de imágenes martirizadoras es imperdonable.
Lo peor que le pudo pasar al rebaño incauto de la movilización como fin -y no como medio- fue, precisamente, evidenciar que uno de sus mayores íconos de lucha cedía a los requerimientos sistémicos de participación. Camila, aquella mujer que puso en jaque al gobierno de turno movilizando más gente que una liquidación de productos electrónicos ahora se mostraba sumisa a la señora B, esa que representa, como candidata presidencial a la re elección, todo lo que ella y sus seguidores odiaban con el alma, el dominio que justificó la necesidad de cambio: el maldito sistema.
Pero ¿Qué habría pasado si Camila hubiera seguido el camino de la revolución sin transar? Un poco de política ficción.
La condición asistémica es paradojalmente cómoda para el Estado. Una movilización que no converge en un proyecto político y que está lejos de ofrecer la consistencia de la contra-hegemonía, más temprano que tarde tendería a decaer, en otras palabras y sin el apoyo político para realizar los cambios, Camila hubiere cedido espacio a otro ícono de los movilizados y su imagen no estaría alejada de aquella madonna negra patrona de los denominados antisociales y adorada en las mazmorras de la sociedad. Camila, con su puño en alto sería una página más de la historia de los movimientos sociales, con un sitio preferencial sin duda, pero, con el anhelo irresoluto del cambio que alguna vez pensó posible y no le dejaron realizar.
Sería adorada y recordada, tendría estampitas cosidas con hilo rojo a espigas de maíz y sin embargo convocaría el recuerdo eterno de aquello que nunca fue, simplemente porque para el discurso revolucionario poco criterioso no podía ser.
Terminaría -Camila- en una gruta de piedras coronada con estrellas al lado de cada establecimiento educacional de propiedad del Estado como vivo recuerdo del casi-casi, de ese momento crucial de los movimientos sociales chilenos donde la tozudez propia de un discurso anarquista, añejo y aprendido, evitó que todo ese desencanto encarnado y canalizado en aquella belleza juvenil de labios carmesí llegara a movilizar políticas justas y necesarias en beneficio de la educación.
¿Sería el mejor escenario? Quizás. Pero a contrario sensu, el último en sonreír sería el mismo Estado que ampararía su canonización.
Y es que es más fácil controlar aquello que se oficializa como outsider, aquello que asume una postura periférica y por tanto toma un lugar específico en la dialéctica del mercado. La sicologización del capitalismo configura un escenario en el que, el espíritu aspiracional, competitivo hasta el absurdo, necesita de las diferencias sociales y las clases para poder establecerse. Necesita entonces de símbolos de subversión para mantener tibio el temor. Lo asistémico es aquello que enfrenta al ciudadano moderno a la indefención total, fuera de todos los privilegios y ofertas del modelo, motivo por el cual el individualismo moderno prefiere el confort personal a cualquier costo por sobre la participación ciudadana comprometida -si ya sé, esto está cambiando, pero falta mucho- y desde este enfoque cualquier gesto que amenaza la estabilidad del Estado tiende a ser visto como una amenaza a las posibilidades que tienen sus ciudadanos de ser alguien en la vida. Demonizar movimientos sociales es una de las características más fundamentales del Estado Moderno.
Pero volvamos con Camila, la Virgen Negra.
Si la imaginamos eternamente en combate justificará el Estado la infinita condición de represión. Las grandes ideas sucumbirían al arbitrio mediático de estigmatizarlas como delincuencia. Recuerden que en nuestro país a ningún grupo económico y de influencia mediática le conviene el cambio. De esta forma, no debe entenderse que este artículo está en contra de la revolución, por el contrario, es tan necesaria que debe canalizarse en una praxis en el momento justo para que no pase a ser un día milagroso en el calendario. Esa convergencia se expresa infiltrando el mismo modelo que se intenta derrotar.
Camila, Santa traidora o eficiente servidora social
Mientras, en la vida real Camila Vallejos es electa diputada por La Florida con la primera mayoría y eso es mucho decir en un país de cándidos y conformistas. Su traición la tiene al fin dentro del sistema -el lector puede hacer arcadas cada vez que esa palabra aparezca en el texto- y en una posición de representatividad incuestionable, cuasi privilegiada.
¿Por qué no esperar entonces a evaluar su gestión antes de crucificarla?
Razonable es pensar que la única forma de derribar un sistema que está encarnado en el alma de sus ciudadanos-usuarios es modificando sus estructuras desde el interior. Una hormiga nunca ahorcará al elefante pero un virus en su torrente sanguíneo podría acabar con su vida en muy poco tiempo. ¿Por qué no pensar que aquellos líderes secundarios electos están en una inmejorable posición para comenzar con el cambio? Los equilibrios de fuerza que impiden cada una de las leyes que pudieron beneficiar a la comunidad podrían verse resquebrajados por esta nueva brisa de participación.
Pero no, la revolución no perdona. Bajo esa dinámica la otra posible solución para no venderse al sistema sería tomarse el poder por asalto ¿Estamos ante un cambio hegemónico tan radical como la revolución francesa? Seamos concretos. Pensar en tomar el poder es negociar con aquellas prácticas perversas que desacreditamos luego de la dictadura y creímos obsoletas. De otra forma ¿Existe la capacidad crítica suficiente incluso para pensar tal hazaña? Para comenzar con otra forma de gobernar, primero e indispensable es que la ciudadanía sin duda alguna considere de suyo dicho cambio. Para que este esto tenga características nacionales habrá que esperar un poco más. Que las amplias mayorías en las presidenciales representen el duopolio eterno es una señal de que las cosas todavía necesitan ser revisadas. Siete candidatos que no representan estadísticamente alternancia alguna son también un llamado a la cautela.
La participación de Camila Vallejos como diputada de la república es el primer paso, la lealtad entre las personas que piensan un Chile mejor es el siguiente. Si sospechamos de su gestión antes de que esta se realice no quedará confianza para cambios aún más radicales. Es preferible una diputada en ejercicio y con conciencia social que una Virgen Negra para adoración de los desplazados.
El sistema se contamina desde dentro.
Primero que todo muy buena entrada, eso de las candidaturas es algo que ha dado bastaaante que hablar en la izquierda estudiantil.
ResponderBorrarEl problema de Camila no es la apuesta institucional. En estas elecciones, varias organizaciones estudiantiles lanzaron candidaturas fuera del duopolio, porque el escenario exige hacerlo, exige no quedarse con las movilizaciones como fin ni con la tranquilidad de haber posicionado el tema y que un 80% de la población crea en la educación gratuita. Y no porque los cambios radicales al sistema se vayan a hacer desde acá, sino porque son espacios necesarios para construir un discurso contrahegemónico que llegue efectivamente a la gente. Y si, aun hay sectores "súper ultra" que creen que es venderse.
Acá el fondo del asunto es que ella pertenece al Partido Comunista y el partido da la orden. Con la verticalidad que funcionan los comunistas, no le quedará otra que responder a los intereses de éste, y peor aún, a los de una coalición mayor como la Concertación, que ya sabemos que es la cara política más amable que tienen los grupos económicos y que en sus años de gobierno no hizo más que mantener el sistema tal como estaba (para qué ahondar en eso).
En fin, veamos cómo se moverá el PC dentro de este próximo gobierno para conseguir las reformas sociales que aspiran conquistar, aunque viendo la relación de fuerzas dentro de la Nueva Mayoría, personalmente lo veo bien difícil.
Saludos!!
Tiendo a pensar que la fuerza social que impulsa a los representantes del movimiento estudiantil los pone fuera de la manipulación vertical. Insisto en que debemos dejarles espacio para que muestren de qué están hechos y si pueden con el mandanto del movimiento o pasan a ser nuevos clones del parlamento. mi mirada acá es esperanzadora. Un abrazo!
BorrarRespuesta en otro post que me parece interesante de sumar I parte:
ResponderBorrarVoy por partes ya que el tema lo amerita por urgente y porque cada vez hay menos información de calidad al respecto. Ange, respecto a las actitudes culinarias del comunismo, durante los 80s en las zonas rurales y algunas urbanas vulnerables -educativamente hablando- el rumor de que los rusos “comían guaguas” era una certeza en gran parte de la población atemorizada, a eso se sumaba la supuesta existencia de un ejército guerrillero de resistencia de miles de soldados cubanos y rusos en Chile que iban a provocar una guerra civil. Más tarde la razón estimó en no más de quinientos trabajadores armados y miembros del MIR en los cordones industriales, eso sí, se tuvo que superar el miedo para entenderlo. No hay que ir tan lejos. Cuando gana Michele Bachelet por primera vez se encontraron documentos enviados de los comandos centrales de la UDI y RN que recomendaban a la población no votar por ella ya que volveríamos al caos civil de 1973 y tendrían que “hacer fila para el pan y el gas”. Nuevamente y con el paso del tiempo la razón trajo luz y se evidenció que era impensable una situación así, Chile es un país de dominio mercantil extranjero, nadie permitiría un desorden así en su negocio. Lo de las “guaguas” es el símbolo de la ignorancia y la poca voluntad de informarse. Favio, ¿Por qué va a haber chanchullo? Precisamente y lo esbozo en mi nota, es la sicologización propia del sistema de mercado (hay mucha literatura formal al respecto). Como para surgir debes necesariamente pasar por encima de otro hemos sido condicionados a pensar que todo es un engaño ¿Quién sale favorecido? El que conoce y se manipula el sistema a su antojo manteniendo la especulación de la desconfianza entre las personas. Una buena conciencia cívica radica en confiar en la sociedad civil ya que somos parte integrante de ella. Dejemos que trabaje el hombre y luego veremos qué pasa, ¿es mejor no? (además se extiende como planteamiento de la entrada que precede esta discusión). Felipe, Respecto al “plan” de los dirigentes estudiantiles también sospecho como tú lo haces, evidentemente llegaron a un punto en que –como dice mi nota- pasaban en limpio todas las demandas del movimiento estudiantil o terminaban en un pergamino de feria artesanal con frases altisonantes y sin ningún valor a la hora de generar cambios reales. Tal como intenté aclarar en mi entrada de Camila Vallejos y que bien canaliza Sebastián, es imposible cambiar el sistema desde la periferia, desde el pasquín o el puño en alto. Y no porque esto sea malo en esencia, sino porque el mundo ha cambiado y las personas con él. La política es el arte de gobernar y gobernar es administrar en base a acuerdos, todos los partidos políticos y las randas ideologías se han ido adecuando a las nuevas necesidades de las personas, en base a éxitos y fracasos de cada una de sus experiencias de Estado, fíjate que el PC está totalmente integrado al sistema, única forma de poder hacerse parte de la discusión social de manera efectiva, luego vendrá el cambio constitucional pero antes se debe desequilibrar el parlamento. Exigirle a la izquierda que si no queman el palacio de la Moneda están siendo traidores es de una candidez enorme y de una falta de conciencia cívica similar. Los mismos griegos clásicos eran capaces de ser lo suficientemente elásticos a la hora de llegar a acuerdos en la administración del Estado y son uno de los referentes de la democracia más sana del planeta. Noruega y otros países escandinavos con excelente calidad de vida tienen socialismos renovados en pleno funcionamiento. Las fuerzas revolucionarias se canalizan mediante el modelo en ejercicio, luego hemos de esperar que sean capaces, cuando el número se lo permita, a hacer los cambios significativos. Dejemos que trabajen.
Continuación:
ResponderBorrarSi el punto es que se hicieron parte del sistema, eso ya está claro, no cedieron ellos sino que los políticos de siempre tuvieron que aceptarlos de manera estratégica, son ellos los representantes de un gran número de la población, dos independientes y dos de izquierda, en un equilibrio relativo estos dirigentes son la manzana dulce del momento y su potencialidad de generar cambios y sumar ente en sus proyectos es inmensa. Si se hubiera convertido en la Virgen Negra, es allí donde Camila le hubiere faltado y fallado a todos los estudiantes que lucharon por el cambio, por el contrario, dieron el paso de dar la pelea en el lugar donde un sistema parlamentario puede sufrir cambios radicales, el parlamento. Quedarse agitando masas, con todos los medios ablando de delincuencia, en este preciso momento era una estupidez y ellos lograron leer la coyuntura para avanzar. Como rúbrica no uso el término facho ya que hace tiempo me desmarqué de la posición política de mis padres y de mi entorno cercano ahí ay un gran punto. Mucho de lo que defendemos suelen ser tradiciones que en ningún momento han visto la luz de la razón, nuevamente la dialéctica del mercado saca dividendos azules cada vez que la gente se polariza. Esa estabilidad mantiene al país sujeto a capitales extranjeros de abuso sobre la base obrera y sin capacidad de cambio ya que o eres facho o eres comunista, en otras palabras, o accedes al capital y puedes comprar todo lo que el sistema te permite o eres un pobre resentido, soberana estupidez. La información aquí es necesaria, no repetir historias sino construirlas. Yo no vivo con miedo, no creo en la polarización, no le compro a los que me dicen que para surgir debo pisotear a otro. Tampoco hablé de golpe sin embargo recojo el guante y agrego, ¿No es la campaña del terror acerca de la delincuencia y la pérdida de eventuales empleos un golpe a la razón? El miedo jamás es un argumento. Por eso soy un convencido de que debemos dejar de hablar como los viejos, la polarización solo favorece a las grandes familias que controlan el país, por eso se asustan cuando aparecen más de 2 candidatos porque poco a poco puede darse el cambio que muchos esperamos. Dejemos que los nuevos diputados trabajen, dejemos de repetir historias y confiemos más en nuestra sociedad, de lo contrario el miedo nos consumirá.
Es evidente un prejuicio, de una izquierda continental, desconcertada y desconforme consigo mismo, claro después del derrumbe soviético, se esperaba que todos los PP.CC. del continente actúen como antaño, al unísono...pero si aún no existe un discurso unificado en cuanto la labor ideológica, esperando los dictados del soviet, es que no nos hemos dado cuenta que las nuevas generaciones , irá desrollando un discurso nuevo y propio, y ellos serán los que vayan trazando los nuevos caminos. Los viejos dictados de las direcciones estalinista, deberán entender y aprehender, de los jóvenes , futuro de nuestra marcha continental...
ResponderBorrarLo peor de todo es que ese discurso caricaturizado le es más útil al sistema actual que a los propios depositarios ya que, como explico, sataniza los intentos de la izquierda profunda de ser gobierno.
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