sábado, 16 de mayo de 2009

Falacia de autoridad

El saber científico versus México



(Este artículo no pretende ser un compendio de datos y fuentes científicas, más bien un ejercicio de crítica a la celeridad con que se asumen ciertos argumentos, sólo porque provienen de la ‘autoridad competente’)

Un pensamiento propio del mundo occidental es la legitimación de cualquier explicación de conflictos mediante la ciencia. Todo pensamiento puede ser susceptible de variaciones violentas y contradictorias, cada idea bien formada tiene la posibilidad de ser desmembrada y desacreditada con escasa posibilidad de logro a excepción del saber científico. Cualquier forma de argumentación rinde pleitesía a la razón amparada en la praxis de los hombres de blanco, sea cual fuere su especialidad, el método científico se expresa como la palabra de Dios.

¿Qué hacer cuando la ciencia es nuestra mayor condena?
El caso mexicano.




N1H1, no suena a gripe, menos a porcino, suena más a folio de ‘archivo x’, suena a conspiración, a usufructo de verdad, a ilusión de razón, a perfecta confusión.
Pero ¿Dónde aparece el malestar?
En la contradicción.
La tecnología asociada a los laboratorios de investigación científica han traído grandes beneficios a la humanidad (o así nos parece) sin embargo, es la misma tecnología la que derriba paradigmas en espacios temporales cada vez menores. No alcanza a secarse la tinta de los libros que refieren a grandes descubrimientos cuando otro hallazgo provoca la cada vez más dramática obsolescencia del saber.

Si es la ciencia la que habla, la humanidad obedece, si es la ciencia la que condena a México, es el mundo que se coloca un tapabocas, mejor dicho, un tapa ojos, ya que muchos han caído en la deliciosa fuga del pánico sin si quiera preguntarse quién respalda tales hallazgos o qué gran institución está detrás del beneficio colateral de ciertas ‘verdades’.

Lo dijo el doctor de la tele

Todos opinan, diversos organismos, la OMS, la WHO, prestigiosos centros universitarios y sus investigadores asociados, la prensa –con y sin rigor-, la misma población, los mismos afectados -que a la larga son los más difíciles de encontrar, ¿Existen?- los doctores que aparecen encada uno de los noticieros.
¿Cuál es la situación?
Pandemia, situación controlada, Apocalipsis, no se contagia por comer cerdo, peor que la gripe aviar, más leve que la gripe aviar, definitivamente una influenza común.
El denominador común es, como de costumbre, la multiplicidad de opiniones, cada una correctamente estructurada, cada cual más o menos razonable y por lo mismo peligrosamente influenciable.

Hoy por hoy la prensa habla de influenza humana con la misma facilidad con que hace unos días se hablaba de gripe porcina, pero no se ha explicado si nuevamente mutó, si nunca mutó, si es la misma, si nunca fue algo más que la clásica influenza, en fin, la ciencia nos conduce con mano dócil por caminos sinuosos donde lo mejor es dejarse llevar por la autoridad ganada por siglos desde Hipócrates.

México en una laguna…

Pero el pueblo mexicano no lo ha pasado bien, ha sufrido las consecuencias de la sobre-información de manera indiscriminada. El miedo, gran aliado a la sin razón, se tomó las calles de la capital azteca y sus alrededores y terminó con la ocupación de los espacios públicos. El mundo se alejó de México, como vasallos asustados por una aparición fantasmal, sin preguntar, sin informarse. Congelados por el terror la gente corrió a ocultarse.
Se agotaron los medicamentos antigripales, los gobiernos presionaron por más medicina y los laboratorios encantados hicieron su ‘América’. Los abastecedores de insumos médicos colapsaron en la entrega de tapabocas y alcohol gel. Los ingresos de grandes conglomerados médicos y farmacéuticos han visto con satisfacción el incremento en sus haberes, esto ha generado un importante crecimiento en el empleo y servicios asociados con el mercado de la salud y por ende comienzan las sospechas.

¿Una confabulación para eliminar a Osama? ¿Un programa de contención al inmigrante mexicano? ¿Un error científico? ¿Un negocio para los dueños de laboratorios? Todas o ninguna de las anteriores.
¿Dónde está el saber científico para poner orden acá?
No lo sabemos. Es probable que esté actualizando sus conocimientos para lograr un acuerdo genérico, mientras tanto, México sufre una crisis generalizada, la hotelería regala hospedajes a quién demuestre haber sido contaminado en el país. Pero los tapabocas son más fuertes. Las campañas anti-contacto amenazan con dañar esa cordialidad clásica del pueblo azteca y nada hace prever que todo acabará pronto. Al parecer la opinión científica ha sentenciado a este país a una larga condena que sólo una muestra de valor podría derribar.

Ad populum, ad baculum…

Apelando al temor y al pueblo la confusión es total. Es verdad que prevenir es mejor que curar, pero, ¿Curar qué? ¿Sabemos qué enfrentamos? ¿Enfrentamos algo? La información fidedigna cede al pánico forzado. Los chinos han mandado a matar miles de cerdos en una expresión de pánico descomunal. Otros países, entre ellos Chile, han extremado la cautela, pero sin avanzar en terrores injustificados, realmente injustificados.
Las estadísticas. Otro gran refuerzo argumental, son extrañas. Muere más gente un fin de semana en accidentes de tránsito que todos los muertos acumulados por la N1H1. El beneficio de la duda se hace presente.

Que existe una influenza es verdad, que esta influenza venga de un cerdo es razonable, que su resultado sea una pandemia es probable, que sea una amenaza para la humanidad no pasa de ser verosímil.

Reflexión escueta pero no menor

Para encontrar un beneficio a todo esto las teorías son variadas y oscuras. Para encontrar una víctima, la palabra es una, México. Muchas veces mentar a la autoridad como verdad última es un peligro que nuestra sociedad corre a diario. No es que tengamos que dejar de creer en la ciencia, mejor dicho, debemos cotejar distintos puntos de vista, variadas fuentes de información hasta que la razón traiga luz. No es necesario ir muy lejos, el sentido común tiene menor disponibilidad que las expresiones de terror, sin embargo podemos validar la información, podemos hacer coincidir ciencia y mecenas. Podemos fijar ciertos factores de beneficio y costo. En definitiva podemos hacernos una idea amplia de lo que sucede sólo tomándonos el tiempo de informarnos y siendo críticos en nuestro accionar.

Para muestra, al día de hoy ya todos hablan de influenza humana. ¿Qué pasó con los cerdos? (los que estornudaban, por supuesto).

4 comentarios:

  1. Hola Marcelo:

    ¡Buen articulo!

    Lo he leido con detenimiento, ¡Es muy cierto lo que expones!, y estoy de acuerdo en los puntos principales de tu misiva... Sobreinformación, diría también mala información o incierta información, de todo cabe en este caso. ¿Que pretenden? creo que lo que siempre, que miremos a otro lado para tapar el que no interese mirar.

    Un abrazo de tu amigo Manolo.

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  2. Yo pienso que esto de la fiebre porcina, gripe porcina o como se quiera llamar ha sido sobredimensionado, para mi hay temas mucho más importantes. Me gusta su punto de vista !

    Un abrazo Marcelo

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  3. Hola, que bueno el artículo, cuando lo leí una sonrisa fofa se me es escapó y recordé el fragmento de Pressoa y esas líneas que dice:
    "¿En qué voy a pensar?
    ¿Qué sé yo del que seré, yo que no sé lo que soy?
    ¿Ser lo que pienso? Pero ¡pienso ser tantas cosas!
    ¡Y hay tantos que piensan ser lo mismo que no puede haber tantos!
    ¿Un genio? En este momento
    cien mil cerebros...."

    A decir de los Vargas Llosa, el siguiente texto fue escrito por un pupilo del "idiota mayor" - Galeano, pero indistintamente de ópticas políticas - económicas, este artículo es tan real como que "el sol calienta", las líneas finales quedan al criterio del lector, es libre de juzgarlo como mejor le parezca...

    Tomada de la edición impresa del 27 de mayo del 2009
    Las cifras de la vergüenza
    Por Fernando Falconí Calles - Profesor universitario

    Los números son fríos, objetivos. Nos revelan – como en este caso – situaciones trágicas en las que están inmersos millones de seres humanos.

    Para escribir este comentario se consultaron varias fuentes: Campaña Pobreza Cero, UNESCO, OMS, FAO.

    Veamos: de una población actual del planeta Tierra de 6.000 millones de habitantes, 4.750 millones de personas son consideradas pobres.

    Nueve millones de niños y niñas mueren cada año por desnutrición y enfermedades consideradas prevenibles como: paludismo, diarrea o neumonía. Si efectuamos la simple división de esta terrible cifra para los 365 días que tiene el año, resulta que se producen 24.658 fallecimientos DIARIOS.

    Dos mil ochocientos millones carecen de agua potable.

    Ciento catorce millones de niños y niñas no reciben enseñanza básica.

    Ochocientos quince millones de personas son analfabetas.

    Setecientos sesenta y seis millones no cuentan con servicios de salud.

    Ahora veamos la otra cara de la moneda:

    El 20% de la población más rica percibe el 75% del ingreso mundial; el 20% más pobre únicamente el 1.5%.

    Doscientas veinticinco ( 225) personas millonarias tienen un ingreso superior a 2.600 millones de seres humanos juntos.

    Doscientas (200) empresas transnacionales reciben ingresos superiores al de todos los países del planeta, excepto los nueve de mayores ingresos.

    No debemos olvidar, estimad@ conciudadan@, que cada número es (o fue, según el caso) un ser humano de carne, hueso y espíritu.

    Estos hechos confirman lo que Thorstein Bunde Veblen, economista y sociólogo estadounidense, denominó “la fase depredadora del desarrollo humano”.

    Esta trágica realidad es consecuencia de un sistema político – económico que no toma en cuenta el principio de solidaridad: el capitalismo. Este sistema, con su unidad ejecutora, la política neoliberal, continúa en su peor crisis.

    Para que la opinión pública planetaria no lo rechace cotidianamente y lo conduzca a un desprestigio irreparable, hay que generar en la gente nuevas preocupaciones. Y si se trata de que el virus de la gripe A nos puede llevar al cementerio, entonces ya tenemos más que suficiente…

    Existe una enorme diferencia entre las lamentables cifras de fallecimientos señaladas en líneas anteriores, y las causadas hasta hoy – también lamentables, por supuesto – por el virus AH1N1. Sin embargo, la involución en la conducta individual y colectiva de nuestros congéneres – producida por el miedo - se torna peligrosa: “sálvese quien pueda… pero primero YO”.

    Para desviar la atención sobre el verdadero origen de los graves problemas de inequidad que padece la humanidad entera, la solución ya no es la cortina de humo de antaño. Ahora se utilizan cortinas de virus.

    Cómo cambian los tiempos… como cambian las cortinas.

    Los que no cambian son los miles de cadáveres de nuestros hermanos planetarios, que diariamente son registrados como datos estadísticos. Como cifras… de la vergüenza.

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  4. Hermanito, si me permites me desviaré escandalosamente del tema de tu entrada, porque vengo principalmente a agradecerte por todo. Tus bellas palabras, el símil que hiciste entre la mariposa y yo… realmente me sentí como una bella mariposa cuando lo leí. Tú me preguntas cómo nos conocimos, y yo recuerdo un frío balcón en el último piso de un edificio y un frío que se colaba por todas partes y me pegaba en los huesos, mientras yo te observaba impresionada por tu capacidad musical, veía cómo tocabas cada canción que se te pedía. Y ahora no puedo creer que esa persona tan talentosa sea mi hermano "adoptivo". La música nos unió desde el primer momento y es un maravilloso lazo. Ahora hay que seguir cada día sonriendo por lo que hemos logrado, el amor tras todo lo conseguido. Agradezco el haberte conocido.
    Gracias por tus hermosas palabras. Palabras de oro que se clavan para siempre en el corazón, imposible quitarlas…
    Un gran beso y un abrazo!

    Mile =)

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a continuación expláyese y argumente con cierto grado de lucidez...