Debate presidencial 2009

¿Cuál?

"The song remains the same" Led Zeppelin

El 'Dribling' político

Cuando un formato de discusión no procura la famosa 'examinación cruzada', es decir, la posibilidad real de impugnar los supuestos -y muchas veces, sino todas, débiles- argumentos del contrario, la pretensión del Debate comienza a diluirse y se torna confusa, inútil y esquiva para el auditorio, favoreciendo el 'status quo' y una sensación de compromiso anterior que huele mal y termina por adormecer.



No existe debate sin impugnación, menos aún sin la capacidad de réplica en extensión y temporalidad directa con la interpelación.
En los estertores finales de septiembre vimos un típico foro con aires de afrenta personal, debate jamás.

Porque la verdadera 'formalidad' del debate radica en eso. No en proteger una rígida base argumental, porque eso se aprende, se repasa, se mastica y se escupe sin grandes apuros. El debate aparece recién cuando alguien se siente 'tocado' por las ideas del otro, ya sea para bien o para mal, y decide que es tiempo de aclarar ciertos argumentos que considera equivocados.
Es aquí, que asistidos por la razón reparamos en el argumento del otro y sentimos la necesidad de explicar por qué nuestra posición es la más razonable.
Pero sólo vimos 'juegos de piernas'. A cada pregunta se asignaba un breve momento de 'ilusión' de respuesta, para luego entrar en la majadería del 'famoso plan de gobierno'. Pregúntese lo que se pregunte la respuesta bajo este modelo será la misma, pre fabricada y carente de flexibilidad y reflexión crítica: "educación, delincuencia, trabajo, salud..." ¿Existiría un candidato que ofrezca más delincuencia, más enfermedades, menos plazas laborales e idiotez por doquier?. Eventualmente sí, pero no es lo que la población espera que digan. menos que lo hagan.

A falta de Razones, Ad Hominem

El objetivo principal del debate es alejar el componente violento de la discusión crítica -si ese fuere el caso-. Pero cuando la preciosa razón no nos acompaña y sentimos el frío abrazo de la insuficiencia, nada mejor y más tibio que un ataque directo. Las ideas pasan a un decimonoveno plano y la persona es el blanco de acusaciones y sospechas. Adiós a las ideas.
El escueto intercambio de descalificaciones entre Frei y Piñera sólo puso de manifiesto su temor, así como los dinosaurios sabían de su extinción, a perecer ante alternativas menos retrógradas y aunque no más originales, al menos con un lenguaje fresco (Forma sobre fondo)
¡Corrupto! ¡Y tu hermano?! ¿Dónde se fueron las ideas?

A Río revuelto...

Un gesto maravilloso en un Debate, por pobre que parezca, es hacer uso de las debilidades del oponente -que chorreaban por los podios-. Acá el candidato de la izquierda profunda supo tomar distancia, desde la baja presión y las altas posibilidades que podía tener un discurso distinto, se tomó el tiempo de festinar con el llamado a la transparencia y pudo desarrollar, sin miedo a las increpaciones odiosas, una correcta presentación de su plan de gobierno que, sin sorpresas, es a todas luces lo más significativo de todo el debate.
El díscolo quedó atrapado en el conato de los 'perros grandes'. Su análisis específico y a veces complejo de advertir por su taquilalia lo mantuvo en una posición protegida pero secundaria, difícil alejarse ideológicamente del mercado y ser popular a la vez.
Fueron tres manzanas verdes para una colorada.

Recomendación
Señores organizadores, asesórense. El debate no es un mero juego de repartir la palabra en espacios de tiempo definidos. El debate sano debe permitir la escaramuza, la sospecha, las ganas de decir lo pertinente en el momento preciso. Debe protegerse el discurso en un inicio, es razonable, pero luego es la condición mutante de la discusión crítica la que debe apoderarse del escenario.
Sin posibilidad de hablar de las ideas y someterlas a juicio no hay posibilidad de razón.
Veremos si a los candidatos, impugnados de manera directa por sus contrapartes, les quedan ganas de seguir repitiendo la canción que, para pesar de todos, es siempre la misma.