domingo, 26 de febrero de 2017

Catarsis colectiva: Bitácora simple de lo que queda del Festival de Viña

El afán de esta entrada es meramente de registro. Cosas así son buenas sopesarlas cuando ya forman parte del pasado. Los extractos son fieles a las publicaciones en la redes sociales. Esto es lo que su humilde servidor logró entender de el Festival de Viña del Mar 2017.



 Análisis primera jornada del festival de Viña (No soy nadie así que pueden estar en desacuerdo obviamente):
1. Apertura. Tributando con playback, impresentable.
2. Cadillacs. Bien, nada más. Como dijo el bajista "esto es lo que hacemos" y lo hicieron.
3. Competencia internacional. Bien por las cápsulas donde se mostraban distendidos y ensayando (eso los acerca más al público). La inclusión forzada de bailarines, una pelotudez. La canción de Cuba es exponencialmente superior a todo lo demás.
4. La competencia folclórica. Musicalmente superior a la anterior. No hay caso con insertarla de forma debida, no hay público para ellos. Debe replantearse.
5. Decadentes. Igual que Cadillacs. sandía calada para un público que los esperaba.
6. Humor. Para dummies, los mismos comentarios (no son chistes) de los stand up básicos basados en virales de redes sociales. "las mujeres son así, los hombres así, los políticos son malos, el negro de facebook etc". Todo previamente escuchado en escenarios menores.
7. Los animadores. Ella: ella. Él: desagradable (no sabe lo que es matiz)

 FESTIVAL DE VIÑA 2017, DÍA 2: Análisis segunda jornada del festival de Viña (Deformación profesional):
1. Sin Bandera. Bien. No es -aún- un dúo de culto (Everly Brothers, Righteous Brothers, Simon & Garfunkel o el Dúo Dinámico de España) pero entienden el negocio de la nostalgia y el amor a cabalidad. Lo malo: innecesaria filigrana vocal al terminar los temas, esos alargues vocálicos interminables que muchas veces bordearon la desafinación son un lujo vocal siempre que estén bien ejecutados y de manera matizada, no es necesario que en todos los temas demuestren lo bien que es su 'falseto'.
2. Humor. Básico. Definitivamente el 'Stand Up' se apoderó de Viña en su peor momento creativo. Es muy difícil que aparezca un libreto original que no repita los mismos 'insights' que todos reconocemos, es decir, lo que todos sabemos por gracioso ya se ha dicho tantas veces que no vale la pena ni siquiera siendo contado por otra persona. Nuevamente un show basado casi por completo en los virales de redes sociales y la guerra de los sexos. La chabacanería fue su aporte sustancial, el problema es que no hay esfuerzo ni talento en ello, es útil pero básico. Todo previamente escuchado en escenarios menores.
3. Competencia internacional. Las tres peores canciones hasta ahora. Chile, Italia y España gracias por venir. (Hasta ahora Cuba corre en absoluta soledad seguido tímidamente por México)
4. La competencia folclórica. Otra vez se muestra musicalmente superior a la anterior. Qué lástima que no sea Viña el mejor escenario para tales músicos. Perú dejó la vara alta, música, alegría y danza original en una misma presentación.
5. Camila. No estuvieron a la altura de Sin bandera, quizás son menos éxitos en la memoria colectiva nacional, no obstante complementaron la noche romántica sin grandes inconvenientes. Lo de los Power Peralta y su coreografía para una de sus canciones fue una jugada inteligente ya que la gente suele leer esa cooperación como algo digno de admiración. La telecaridad con la pobladora de Santa Olga estuvo de más. Si quiere ayudar, ayude en silencio, lo otro es morbo barato y punto. Pensé que habíamos aprendido algo en la tragedia forestal.
6. Los animadores. Ella: sigue siendo ella pero ahora sí con un vestido y no un camisón de dormir. Él: desagradable.
7. (A petición de un amigo) El monstruo. No vino hoy tampoco.

 MODO FESTIVAL: Vergüenza ajena por el imbécil que le intenta preguntar a Olivia Newton John en la conferencia de prensa si conoce el coro que los chilenos le hacen a "You're the one that I want", por suerte no lo entendió y el resto de los periodistas evitaron que se insistiera en el punto. Vergüenza ajena por la pelotudez de 'Pablito' Aguilera gran voz de la radiofonía del siglo pasado (¡déntrese por favor!) que prefería a Michael Bublé (la imitación de la imitación de la imitación de un Crooner) en vez de Peter Cetera músico, compositor y vocalista de Chicago. ¡No se puede así!

 FESTIVAL DE VIÑA 2017, DÍA 3: Análisis tercera jornada del festival de Viña (Deformación profesional):
1. Isabel Pantoja. Confuso. Evidentemente más de dos tercios de su show fue en completa desafinación (Tranquilos, entiendo de Flamenco y eso que escuchamos fue sencillamente no llegar a los tonos). Sumemos una orquestación insulsa, básica, el típico fondo dramático que permite que el cantante pueda cantar a voluntad sin miedo a quedar fuera de tiempo, por esta razón muchas canciones eran irreconocibles. Tuvo la inteligencia de articular el show como una especie de réquiem para Juan Gabriel y eso le valió la efervescente sensibilidad del público. Lo rescatable, su oficio. Maneja los tiempos y los momentos de forma magistral, de seguro y ya metida más en los escenarios (luego de su paso por la cárcel) volverá a mejorar su oído y su voz. Llamarle la atención a los jurados que usaban sus teléfonos móviles mientras ella cantaba es un gesto que clarifica el manejo de escenario a nivel de diva. El error de la organización: Por más heredera de Juan Gabriel que ella se declare, entregarle un premio que no era para ella y enrostrárselo así, suena como a premio de consuelo, debieron darle el premio a ella y punto, obviamente eso estaba decidido hace mucho (no se puede mandar a hacer una gaviota en 20 minutos)
2. Humor. Volvemos a la propuesta clásica pre 'stand up', sin embargo es extraño que insistieran en la calificación de "blanco" ya que al menos daba para "Gris" recordemos que las insinuaciones son tan potentes como las afirmaciones directas. Obviamente no fue tan burdo y chabacano como los dos primeros humoristas y su aporte solo se puede medir en su capacidad de hilar una historia sin sobresaltos (cosa que sus predecesores nunca lograron hacer). Lamentablemente, luego de Pantoja y sus 3 horas de escenario, quedó contándole chistes a un tercio de la audiencia.
3. Competencia internacional. Cuba lidera de forma indiscutida, gran voz y precisión musical (se nota claramente sus influencias de Jazz) le sigue México y el resto se repartirán el tercer lugar (Debe ser uno de los festivales más pobres en este tipo de competencia desde hace muchos años)
4. La competencia folclórica. Sigue siendo lo más rescatable en tanto apreciación musical. Argentina hace mucho fuera de carrera con una canción compositivamente mediocre y muy compleja de escuchar. Venezuela y Colombia no alcanzaron a igualar la calidad superior del ensamble peruano que debiera ser el justo ganador.
5. Río Roma. Lamentable. Ya vinieron un año con su "One hit wonder" del 'mundo mundial' y gracias a la inexistencia del monstruo pudieron salir de pie del escenario. Traerlos nuevamente solo porque agregaron una segunda canción a su repertorio (que algunos la conocen porque se escuchaba en una telenovela) es una torpeza mayúscula. Usaron todos los trucos básicos: invitar al cantante de Camila y a un connacional - Mario Guerrero, el mismo de la linea de producción de MonLaferte- a desafinar junto a ellos. Lamentablemente la gente no entiende mucho de esto y se queda con el 'hermoso gesto inclusivo'. Lo de premiar, al mejor estilo Justin Bieber, a la chica afortunada que podrá ir a todos sus conciertos y besuquearla al borde de la ilegalidad (parecía de menos de 14) en el escenario queda para el olvido, pero sabemos que Viña tiene mucho de esto y el mercado musical se maneja de esa forma (Ojo, no es el teatro municipal, ¡es Show business!).
6. Los animadores. Ella: sigue siendo ella y cuando debe salir de un apuro, sonríe. Él: desagradable.
7. El monstruo. Si vino estaba muy débil para siquiera roncar. A estas alturas ya podríamos decir que es un mito. Vale decir en su defensa que este fue un monstruo 'adulto' y este suele ser menos agresivo. ¡Adelante estudios!

 FESTIVAL DE VIÑA 2017, DÍA 4: Análisis cuarta jornada del festival de Viña:
1. Olivia Newton John. Excelente. Afinación correcta. Estructura del Show bien pensada, momentos dramáticos y festivos elegidos de forma magistral. Un viaje musical desde sus inicios en el country hasta los éxitos de 'Grease' sin descanso para la memoria colectiva de la audiencia. Sencilla y muy profesional, fue acompañada de una banda que pudo recuperar la esencia de las canciones en su forma original sin sobrepasar la voz que era el centro de toda la puesta en escena. Una diosa que no se cree el cuento es mil veces mejor que una diosa altanera.
2. Humor. Clásico. JaJa Calderón tiene como aditamento la capacidad de hacer pertinente su show en relación al contexto de nuestro país. De fácil entender, se hace cargo de poner un poco de información en sus rutinas sin caer en el facilismo de radicalizar las ideas. No fue una explosión de risas pero si una demostración de que se puede pensar un poco y reír al mismo tiempo alejándose de los genitales. Correcto.
3. Los clasificados en la competencia internacional: Cuba, México y España. Salvando este último lo demás como lo hemos visto era muy obvio, de todas formas debe ganar Cuba, es lejos la mejor canción de todo el certamen.
4. Los clasificados en la competencia folclórica: Perú, Chile y Haití. Los dos últimos no serán escollo para que Afrocandela de Perú gane esta parte de la competencia. Aún cuando fueron castigados por el jurado (ufff, el jurado) deberá imponerse la lógica y la música por sobre cualquier chovinismo.
5. Peter Cetera. Bien. Con una técnica de impostación vocal que le permite llegar a esos tonos altísimos sin sucumbir en el intento. Bien en la guitarra y el bajo como en sus mejores tiempos de rockero y baladita. Quizás debió elegir mejor la estructura de su Show ya que los éxitos aparecieron todos juntos y no intercalados con sus canciones menos conocidas. Una banda soberbia y un sonido de los que nos hacen mantener la esperanza en que las cosas se pueden hacer bien. Transitando musicalmente entre su etapa solista y su participación con Chicago, mantuvo a un público criterioso y entusiasta hasta altas horas de la madrugada. No dejó nada en el tintero de los éxitos. Cerrar con "25 or 6 to 4" es lo que se llama un 'grand finale'.
6. Los animadores. Ella: sigue siendo ella y con un inglés correcto (mas no perfecto). Él: desagradable y con el inglés de Wachu de Open English. Fatal.
7. El monstruo. No existió. Cada vez se hace más evidente que la mentada criatura es la resultante de una generación y un grupo social que aún no pisa la Quinta Vergara.
8. Para el olvido. Los paneos televisivos cada vez más recurrentes a los famosillos de las primeras filas intentando cantar y bailar por contrato cuando pasa una cámara. Nadie quiere verlos. Lejos la mejor noche hasta ahora.

 MODO FESTIVAL: Cobertura total para el beso de Caniulef y su pareja, censura para el beso de los fans de Olivia, ergo, la tolerancia (que no es respeto, es solo desplazamiento de la violencia) solo vale para los famosos. Lamentable.

 FESTIVAL DE VIÑA 2017, DÍA 5: Análisis quinta jornada del festival de Viña:
1. Maluma. El resultado de un clásico producto comercial que no debe identificarse como un número musical ya que para eso se necesita música. Todo fue playback (cantar o imitar tal ejecución sobre una pista grabada) excepto cuando cantó el cumpleaños feliz a la animadora (con una voz nada de especial). Los bailarines y la correcta sincronía del humo y las luces sirvieron de estantería para articular la fiesta bailable, sin el corista masculino la escasez de talento vocal hubiera sido aún más notoria. El show fue un simple ornamento rítmico al servicio de el divertimento a excepción de que hay personas que consideran que el modelo (no sé como llamarlo ni qué hace ya que no canta ni baila) es una persona atractiva y por tal razón merecería ser reconocido. Pero estamos hablando de música y de eso, nuevamente no hay nada. Respecto a su forma de pensar (si es que la hay ya que -según él- no hace las canciones, solo el lipsync), es irrelevante porque las personas -mayores de edad- pagan por eso y debe respetarse su voluntad. Así es el mercado y la ley (que muchas veces se articulan de forma soberbia).
2. Humor. Básico y rápido, rememora a las antiguas actuaciones en Viña de contadores de chistes. Carismático y empático con su entorno el humorista supo sacar dividendos incluso de un percance de la galería. Haciendo usufructo del autobullying pudo mantener al público tranquilo hasta el final. Nuevamente la forma de contar las historias y articularlas de forma inteligente es mucho más eficiente que la grosería rápida y a mansalva. Show correcto.
3. Competencia folclórica: Chile, creció mucho en su última presentación, no obstante la canción peruana era lejos la mejor del certamen, tanto en composición como en ejecución. Chile se llevó el primer lugar de la competencia como la mejor canción pero, para los músicos, el premio a la interpretación -que los galardona a ellos directamente y no a la canción en sí- es más importante y ese obviamente quedó en manos del ensamble del Perú. Felicitaciones.
4. Competencia internacional: Una polémica interesante. Hace mucho que no veíamos que la premiación de la competencia se tuviera que retrasar para poder revisar las bases del concurso debido a que la cantante cubana, en un gesto muy personal pero poco eficiente, cambia la letra de su canción y con eso desafía las normas del festival. Insisto, sigue siendo por lejos la mejor canción del evento pero al agregarle contenidos cristianos en un afán por 'evangelizar', más allá de incurrir en falta, cambia el sentido de su letra y eso la hace necesariamente otra canción. Una lástima. Hoy se resolverá qué pasará en tal caso, no obstante sigue siendo musicalmente lo mejor de la competencia. En segundo lugar debiera ir México y España (que no sé que hace allí) debiera cerrar el podio.
5. Américo. Un profesional. Sin contratiempos demostró que es de los mejores en la cumbia y mantuvo despierto al público, coreando y cantando al final. Contrario a la apertura, Américo canta y bien, se relaciona directamente con su público y el oficio que ha logrado en los años de cantante lo lleva a trabajar de manera cómoda en el horario y escenario que se le solicite. Lo del grupo alegría (su banda de origen) fue la guinda de la torta. Muy bien.
6. Los animadores. Ella: sigue siendo ella y nuevamente mal vestida. Él: desagradable y torpe a la hora de resolver.
7. El monstruo. Estuvo apunto de aparecer cuando mientras el humorista desarrollaba su rutina unos tipos eran detenidos en la galería. Luego del incidente, como al "Yeti" nadie más lo vio. Y nos queda la última noche. 

FESTIVAL DE VIÑA 2017, DÍA 6: Análisis jornada final del festival de Viña:
1. J. Balvin. Otro "animador" de masas que cumple su objetivo de hacer bailar a la audiencia. Se destaca de su compatriota por hacer uso de su voz en gran parte del espectáculo para cantar. nada que no se olvide en 365 días.
2. Humor. Destacable. En un escenario de hipocresía mundial este personaje puso en peligro sus contrataciones posteriores mezclando el humor -que fue lejos el mejor de todos los que se presentaron este año- con discusiones pendientes acerca de la moral y la ética de nuestro país ¿Le corresponde eso a un humorista? Mi respuesta es, Sí. ¿Sino quién y dónde? Bien por Copano. El resto de las anécdotas al estilo Stand Up, correctas.
3. Lali Espósito. Eficiente. Producto televisivo para adolescentes basado en la estética de Jennifer López. Buena bailarina y animadora, gracias a la corista pudo dedicarse a bailar y a decir "C'mon". Interesante sería oírla cantar, quizás en unos años más si la industria no la recicla. Fue elegida la artista más popular de Viña. No hay que hacer ningún escándalo si entendemos cuál es la definición de popular y sabiendo que los adolescentes son nativos en redes sociales.
4. Mon Laferte. Extraño. Trae a Viña un Show 'típico' de tierras aztecas basado principalmente en el dolor y el desengaño, mezclado con una estética pin-up hipster muy de moda. Una voz que todavía requiere de mucho oficio y una puesta en escena escasamente original (hay cientos de Fridas en el ambiente). El chovinismo se hace presente de forma explosiva, es ovacionada en exceso por una presentación simple, llena de errores técnicos (distancia con el micrófono, pausas de coordinación entre canciones y su básica interpretación con la guitarra) y algunos muy importantes, aunque por suerte no tan recurrentes, de afinación. Pero cuando la audiencia se pone de acuerdo para subir o bajar un artista no hay mucho que hacer, menos cuando no hay animadores con experiencia (ver el punto sobre los animadores). Las causas deben ser que la cantante, ex rojo, es de la región, es chilena, dejó una historia pendiente en el país (que es el lugar común del profeta en su tierra) y domina el imaginario de la mujer engañada, cuestión que de alguna forma nos describe como una sociedad tan conservadora como la mexicana. Supo aprovechar el momento y la efervescencia del público y hacer de una propuesta más que modesta un momento inolvidable desde el punto de vista de la polémica, cuestión que, aún fuera del escenario, mantuvo al público en una silbatina estruendosa esperando por un regreso que era técnicamente imposible. Un artista que canta para SU público es indestructible.
5. Competencia folclórica: Sale al escenario el ensamble chileno. Las pifias no dejan escuchar a tal nivel que la cantante equivoca en sus primeras estrofas.Todo para el olvido. Una canción regular, una interpretación regular y hoy, horas después de que acabó el evento ya está perfectamente olvidada (esto pasa cuando no hay jurado calificado).
6. Premiación competencia internacional: Lamentable. La gran cantidad de explicaciones racionales de parte de los animadores a una audiencia conectada emocionalmente con la artista anterior hizo del momento más solemne del festival una triste batalla. Como ya se los había anticipado la cantante mexicana obtuvo el premio a la mejor interpretación (que es el que más le importa a un músico) y en un fallo acotado a la normativa, Cuba perdió la gaviota de plata a la mejor canción del certamen. Más allá de los descargos destemplados del presidente del jurado (que debe profesar la misma religión que la cantante de la isla) se cumplió con mantener las bases del festival. El problema es que gana una de las canciones más insulsas de todos los festivales. El representante de España sacó la ganancia de todo el despelote que despertó la cubana. La verguenza: el 'invento' de una gaviota para Cuba llamada "de la inspiración" para blindar el discurso conservador que, misteriosamente, está muy de acuerdo con la línea editorial del canal. Gracias a ese exabrupto la canción de España pasa a un segundo plano y somete al público a una especie de tele-evangelización comparable con el "pare de sufrir" que se toma el cable en las madrugadas. Nuevamente la ausencia de experiencia de animación y capacidad de la organización (que pudo resolver en una conferencia de prensa su amor por la liturgia) puso en una situación molesta a los cantantes y a la audiencia. Mientras tanto el público, ajeno al esfuerzo de los organizadores, seguía pidiendo la vuelta al escenario de la cantante nacional.
7. Marama y Rombai. Cuando las cosas ya no pueden mejorar (desde el punto de vista de la calidad, no del espectáculo del entretenimiento) aparecen en escena dos bandas, increíblemente mal coordinadas una con otra y con una propuesta 'musical' de al menos 20 años. Esa cumbia pop bailable que ya pensábamos sepultada tras otras arremetidas estilísticas (como la cumbia villera o la de autor) vuelve y casi por arte de magia tranquiliza a la 'difícil' audiencia con la vieja pero confiable animación bailable. Quizás la única expresión emotiva genuina en toda la noche fue la del cantante de Marama que no podía creer estar en Viña del Mar asumiendo lo pobre y básico de su presentación, definitivamente la vida fue generosa con ellos también. Todos bailando las penas se pasan y no hay más rechifla. El festival termina en completa calma.
8. Los animadores. Ella: sigue siendo ella, sin manejo, en pánico, decide educar al público en vez de negociar con ellos (seguramente eso se lo dicen por el sono pronter pero lamentablemente es su boca). Él: desagradable y torpe. Se consagró por su escasa capacidad de entender los tiempos y los espacios. Urgentemente hay que cambiar esta pareja. 8. El monstruo. Apareció. Y como todo monstruo -con una capacidad reflexiva extraña pero legítima- solo para joder a los animadores y la organización. De todas formas ese castigo a quienes debieron proveer un evento de calidad es bastante merecido, bien por el público.

Palabras al cierre:
No es un problema de esta versión en particular, hace muchos años el Festival de Viña decidió relegar a la anécdota su sentido original que era la competencia. Hoy esta no tiene valor alguno porque la forma en que se gestiona el evento tiene como objetivo dar una semana de entretenimiento popular masivo que permita dividendos honerosos a la municipalidad y al canal de televisión de turno. Por tal razón el certamen se torna bastante particular ya que refleja dramáticamente y con detalle lo que somos como audiencia masiva de medios. Somos cancerberos del fracaso ajeno -situación que daba por sentado el gran recibimiento de Mon Laferte a los escenarios chilenos debido a que se le 'debía' el éxito que no tuvo en el reality de talentos "Rojo"-. Somos empáticos con el hashtag y si este dice pifiar, pifiamos y si dice emocionar, como lo eran las instrucciones a los antiguos públicos radiales, nos emocionamos. El caso es que luego de todo el climax la emoción se diluye a escasos segundos de su explosión. El festival ya no trasciende y se convierte en una catarsis anual apta para todo público. En un país privado de espacios para la expresión, este punto hace que todavía el evento se justifique pero, ya no estamos hablando de ningún "Festival de la Canción". Volvemos a la realidad.

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